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Si puedes mantener la cabeza cuando todo a tu alrededor pierde la suya y por ello te culpan, si puedes confiar en ti cuando de ti todos dudan, pero admites también sus dudas; si puedes esperar sin cansarte en la espera, o ser mentido, no pagues con mentiras, o ser odiado, no des lugar al odio, y -aun- no parezcas demasiado bueno, ni demasiado sabio.
Si puedes soñar -y no hacer de tus sueños tu maestro, si puedes pensar – y no hacer de las ideas tu objetivo. si puedes encontrarte con el Triunfo y el Desastre y tratar de la misma manera a los dos farsantes; si puedes admitir la verdad que has dicho engañado por bribones que hacen trampas para tontos, o mirar las cosas que en tu vida has puesto, rotas, y agacharte y reconstruirlas con herramientas viejas.
Si puedes arrinconar todas tus victorias y arriesgarlas por un golpe de suerte, y perder, y empezar de nuevo desde el principio y nuca decir nada de lo que has perdido; si puedes forzar tu corazón y nervios y tendones para jugar tu turno tiempo después de se hayan gastado, y así resistir cuando no te quede nada excepto la Voluntad que les dice: «Resistid»
Si puedes hablar con multitudes y mantener tu virtud, o pasear con reyes y no perder el sentido común, si los enemigos y los amigos no pueden herirte, si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado; si puedes llenar el minuto inolvidable con los sesenta segundos que lo recorren, tuya es la Tierra y todo lo que en ella habita y -lo que es más-, serás Hombre, hijo.
Rudyard Kipling, Bombay, 30 diciembre 1965 -Londres, 18 enero 1936. Autor de relatos, cuentos infantiles, novelista, poeta. Siempre se albergan dudas sobre si alguien puede dividirse y ser capaz de aprovechar al máximo dos formas de expresión tan diferentes como la poesía y la prosa imaginativa. El caso de Kipling, pues su poesía y su prosa son inseparables. Considerado «El escritor del Imperio», título que siempre lo halagó, y que lo acompañó incondicionalmente en sus últimos días de vida. Quizá los ingleses nunca habrían sabido tanto sobre la vida colonial, si Kipling no se hubiese inmiscuido en la vida de la considerada, «una colonia más» el creciente imperio Británico. Algunas de sus obras más relevantes han sido inmortalizadas en el séptimo arte, Capitanes intrépidos, 1937, Víctor Fleming, protagonizada por Spancer Tracy, que le supuso la obtención del óscar como mejor actor, El libro de la selva, 1894, producida en 1967 por Walt Disney y dirigida por Wolfgang Reithermann, El hombre que pudo reinar, 1975, John Huston, con Michael Caine y Sean Connery como principales actores . . . y en el terreno de la poesía, destaco Gunga din, 1892 e If, 1895. Recibió el Premio Nóbel de Literatura, 1907. Cinco novelas, más de 250 historias cortas, 800 páginas en versos es su legado. Os recomiendo, Rudyard Kilping, Poemas, Prólogo de T.S. Elliot. Traducción Luis Cremades, Colección Visor de Poesía.
Bueno, has vuelto. Qu tal? Espero que nos veamos pronto. Abraxo.
Date: Tue, 11 Dec 2012 09:49:22 +0000 To: mgelgood@outlook.com
Qué precioso texto….regalo
Muchísimos besos
Joaquina
Hablar con multitudes y mantener tu virtud…. enorme texto.