La mañana de ayer domingo fue excepcional, adornada con un Cielo-Hopper.  Unos iban, venían a/de votar, otros paseaban entre el despiste, y el deporte, difícil salir de él. Siempre Bravo Murillo observando, no en vano fue jurista, político, teólogo, filósofo.

Aprovechamos esta insólita jornada para reunirnos, invitados por Cristina Narea, en torno a una cálida estancia, ataviada de un exquisito picoteo, vinos, refrescos, cervezas . . . y nos reunimos una serie de amigos, José Romero, Osvi Grecco, Ximena & Rodrigo, Manuel Aguilar, Luna Kadima & Sebas, Amelia Azorín, Beatriz Ruibal, Mercedes Ferrer,  para degustar de la escucha de su tercer trabajo, Huesos de mar, registrado magistral-mente entre Chile y Madrid, que nos sitúa en . . .

 

. . . un  tránsito entre dos mundos, generando un lugar común, Huesos de mar, es decir, el viaje de volver para volver, tu viaje, experiencia vital a través de, con, para la Música.
Chabuca Granda, Violeta Parra, Mercedes Sosa se encarnan en tu obra, junto a pinceladas pop, jazzísticas . . . . Antonio Vega, Tom Waitts, David Byrne.

Entre lo bueno y lo deseado irrumpe ese indómito baile de lo escrutado, vertiginoso.

Familia, acontecimientos más o menos esperados, deseados entran en la narración con vocación balsámica, redentora.

Una hija desierta como si de una road movie se tratara de percusión popular.

El gran, complejo trabajo de los arreglos, poniendo orden al cajón de fotos, gafas con espadadrapo en las junta de las patillas, notas desordenadas, ecos de sordina, grapas, utensilios de escritura, postales sin remite de otros tiempo

Amable caricia en la tormenta folk con mayúsculas para melómanos sin edad, como la mejilla que besa con la dulzura del pueblo que siempre nos acompaña.

Sereno, intenso, reflexivo trabajo, Huesos de mar, y, a la vez cósmico, recóndito . . .

 

Una nueva new age que inventas para redimirte, re-encontrarte con tus sueños, vivencias, familiares en un país limpio de contaminaciones.

 

Andar de cuclillas por un cielo adornado de nubes blancas como algodón en flor.

Huesos de mar un collage enfurecido por los vientos de cambio, golpe de aire fresco que te sitúa, ubica correctamente en el camino que siempre deseaste.

Enhorabuena, estás en tu mejor momento y esto se aprecia, refleja en este, nuevo trabajo que te deja con la sensación de quererlo escuchar de nuevo una, otra vez, una otra vez, una otra vez, una , , ,

Huesos de mar, una firme, resistente, dura masa de agua salada más grande que todos los océanos.

Muchas gracias, querida Cristina por ese detalle de invitarme y son esos momentos que siempre guardaré en el alma, corazón, retina.